A raíz de una conversación que tenía el martes por la mañana me vino a la cabeza uno de los vídeos que Xavier Pirla* utiliza en sus clases. El vídeo en cuestión es una escena de la película ‘Any Given Sunday’ (Un Domingo Cualquiera), en la que Al Pacino pronuncia un discurso para motivar a su equipo a las puertas de la final (pero me puedo equivocar en esto porque realmente no he visto la película entera).
Es posible que haga más de medio año que conozco la escena en cuestión y siempre que me había cruzado con esta me había parado a observar la forma en la cómo se decía lo que se decía; nunca le había dado mayor importancia al contenido… hasta este martes.
De todas formas te dejo con la escena antes de seguir (la puedes encontrar subtitulada en YouTube fácilmente):
El fragmento del vídeo que me asaltó durante la conversación que te comentaba anteriormente va del 1:54 al 2:10 (te puedes tomar la libertad de volver a verlo, te espero) y, en él, se dice lo siguiente:
Because in either game
life or football
the margin for error is so small.
I mean, one half step too late or too early
and you don’t quite make it.
One half second too slow or too fast
and you don’t quite catch it.
Esta pequeña joya dentro del discurso de Al Pacino me recordó que es necesario saber cuándo es el momento justo. Intentar subirse al carro antes de tiempo o demasiado tarde puede hacer que te des de bruces contra el suelo (bonita metáfora ¿eh?), con más o menos fuerza pero contra el suelo al fin y al cabo. Yo lo se, tú lo sabes y el vecino del quinto lo sabe… todos en un momento u otro hemos tenido esa sensación de reconocer una oportunidad delante nuestro pero, al mismo tiempo, ser conscientes que no era el momento adecuado para tomar esa decisión.
La parte irónica de la situación fue que esa conversación no la estaba teniendo ni tan siquiera por teléfono; era una conversación de WhatsApp en la que medio segundo más rápido o medio segundo más lento (escribiendo claro) no iba a cambiar nada… quizás no era solamente cuestión de segundos.
*Xavier Pirla es el profesor con el que he tenido el placer de realizar tanto el Practitioner como el Master Practitioner de PNL.
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